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Vivir, naturalmente, jamás es fácil. Seguimos haciendo los gestos que la existencia pide por muchas razones, la primera de las cuales es la costumbre.

No me siento cómodo leyendo lo que escribo.

Leyendo mi blog me di cuenta que no es para tanto, es mayormente una gran exageración. 

El mejor ejemplo está en la entrada llamada "big nothing" (dejaría el link pero no quiero) donde ya leyéndolo nuevamente me doy cuenta que está de más.

 En ese momento sí me sentí humillado, era hacer drama nada más porque sí. No creo, no sé, en ese momento verdaderamente me sentía mal y no tenia ganas de nada pero al verlo en retrospectiva me doy cuenta que hay varias exageraciones de mi parte.

De todas formas ese tema de la amiga sí me molestó, no tenía porqué saberlo ni porqué burlarse. Llegó a un punto donde es demasiado molesta, no sabe cuando parar.

Ahora es tan complicado escribir aquí, ahora creo que sí lo lee gente cercana a mí. Me incómoda bastate la idea de que sepan como me siento, sobre todo me pone incómodo que sepan cómo me hicieron sentir.

No sé qué voy a hacer, espero no lo estén divulgando, espero entiendan mi deseo de privacidad.

Últimamente creo que todo ha empezado a mejorar, mis compañeros de taller ya no son tan molestos como antes. Ahora nos llevamos bien e intentamos que funcione un proyecto. 
Por otro lado, el compañero con el que consideraba mi amigo dejó de serlo.

Pero a un lado a todo eso, hay algo que no me deja, no sé exactamente qué es. 

Haces unos días estaba en un parque. Estaba hablando con Kamila y todo iba tan bien cuando llegó un punto donde quería llorar pero no pude hacerlo, qué vergüenza sentí. Luego se acercó un perro callejero y se acostó a un lado mío, sólo me vió, tenía una mirada tan profunda que no había visto en ningun otro animal. Qué triste me sentí.

Era algo tarde, Kamila se tenía que ir, después de que la dejé en su casa me sentí más triste. 

Me siento cansado.


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